Jorge Romo
Director Legal Novartis CANDEAN
La independencia judicial es, sin duda, uno de los componentes más relevantes de un verdadero Estado de derecho.
Es sumamente relevante que el sistema de impartición de justicia de un país sea inmune a injerencias y presiones políticas o extra-políticas para realmente ser neutral e independiente en el ejercicio de sus funciones. Eso no solamente genera certeza a los inversionistas extranjeros, sino a las empresas locales.
Adicionalmente, la independencia judicial fortalece al sistema de impartición de justicia y genera un efecto positivo en un gobierno, pudiendo replicar dicho efecto en los demás poderes del Estado, que son sus pares y contrapesos, lo que inevitablemente y de manera natural ayuda en la construcción de un Estado de derecho y en consecuencia provoca una mejoría en la atmósfera social, económica y política de un país.
Sin lugar a dudas, la independencia judicial es uno de los elementos fundamentales en el análisis de las empresas multinacionales al decidir si invierten en un país.
Todas las empresas tienen el objetivo y la ilusión de que sus inversiones rindan frutos en un país, pero son conscientes que existen diversos riesgos que pueden impedir o por lo menos, entorpecer el cumplimiento de esas metas, por lo que saber si el país en el que se invertirá es un Estado de derecho y los jueces o tribunales que conocerían y resolverían alguna controversia, son independientes, es un elemento clave que las empresas multinacionales toman en cuenta en su esquema de decisión.
Una empresa requiere tener certeza de que sus inversiones, en caso de ser violentadas, podrán ser reclamadas o defendidas y que se emitirá una sentencia justa, apegada a derecho, es decir, apegada a las reglas de juego con las que dicha empresa se atrevió a jugar.
La obligación de los abogados de empresas, como es mi caso, es precisamente, conocer las leyes, normas, reglamentos y regulaciones que impactan a las empresas que representamos. La gran mayoría de las reglas del juego están escritas, ya sea en leyes, normas, códigos, reglamentos o incluso en sentencias, pero lo que no logramos conocer de manera fácil o evidente es si en un país existe independencia judicial, que nos permitirá asegurar que las reglas del juego son aplicadas a todos los jugadores de forma imparcial, objetiva e indistinta.
Lamentablemente, es una realidad en nuestra región, que no tenemos verdaderos Estados de derecho. Además, existen demasiadas presiones de distintos sectores, no solo políticos, por lo que la independencia judicial está seriamente comprometida. Este preocupante hecho se replica en prácticamente todas las ramas o materias en las que debe existir algún tipo de impartición de justicia, sea administrativa o judicial.
Resulta frustrante y desmotivador para las empresas multinacionales, lidiar con procesos burocráticos, ineficientes y muchas veces corruptos. Sin embargo, cuando esos abusos se pueden enfrentar con procesos judiciales o administrativos eficientes, la confianza de los inversionistas y de lo que administran a las empresas multinacionales se recupera y es así cuando este tipo de empresas deciden arriesgar e invertir en algún país.
Desafortunadamente, la falta de independencia judicial ha generado una enorme desconfianza en las instituciones judiciales y administrativas de los países de la región, por esta razón la gran mayoría de las empresas multinacionales prefieran acogerse a medios alternativos de resolución de disputas, tales como la negociación, la mediación y el arbitraje, antes de someterse a la jurisdicción y competencia de los tribunales ordinarios de los países de la región y así lo establecen en sus diversos contratos.
Las empresas son conscientes de que resolver cualquier disputa a través de medios alternos, puede ser más caro y en algunos casos toma más tiempo, pero les genera mayor tranquilidad y certeza jurídica, que finalmente es suficiente para compensar la incertidumbre y les permite tomar la decisión positiva de invertir en un determinado país.
Pero de igual forma, una vez que una empresa ha decidido invertir y establecer un negocio en un país, se toman las medidas necesarias para lograr un retorno de la inversión, buscando la rentabilidad del negocio. Si esto no se logra en el corto o mediano plazo y además existen experiencias negativas en distintos ámbitos, incluyendo el sistema judicial ante la falta de independencia de los jueces o tribunales, las empresas prefieren perder sus inversiones y dejar de perder más dinero, cerrando sus operaciones en dicho país. Este tipo de decisiones afectan terriblemente al país en cuestión de manera directa con la pérdida de inversión extranjera, la pérdida de empleos, pago de impuestos y cargas sociales, etc., pero indirectamente también lo afecta al generar una mala percepción que ahuyenta a otras empresas multinacionales que podrían estar considerando invertir en el país.
No les puedo negar, que como abogado de empresa y por ende responsable jurídico de los temas corporativos y legales de la compañía que represento, al ser originario de uno de los países de la región, uno de mis mayores deseos es poder confiar en los sistemas de justicia de los países que tengo a cargo. Sería sumamente satisfactorio poder asesorar a mi empresa indicando que podemos invertir en un país de la región con la confianza de saber que, en caso de tener algún tipo de conflicto, podremos avocarnos al sistema judicial local, en el que encontraremos una impartición de justicia pronta y expedita.
Es por lo anterior, que al conocer de la existencia de organizaciones como la Federación Centroamericana de Juezas y Jueces por la Democracia, ese deseo se mantiene vivo. LA FECAJUD es un bálsamo que refresca y que genera mucha ilusión en nuestros países, pero sabemos que el camino por recorrer no es corto ni sencillo, por lo que no solo cuentan con nuestra admiración y respeto, sino también con nuestro apoyo, para que desde nuestra trinchera podamos seguir impulsando el cambio cultural, social, económico y jurídico que los países de nuestra región requieren.
Nuestra región tiene ejemplos muy relevantes de apoyo conjunto que han sido muy exitosos, como el caso del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana y su sistema de compras públicas conjuntas que ha permitido a los países miembros obtener considerables ahorros en la adquisición de medicamentos, por lo que la FECAJUD puede verse reflejada e inspirarse en este tipo de historias y organizaciones regionales que han demostrado que es factible lograr acuerdos y sinergias entre países de la región, lo que les permite presentarse como un actor más fuerte, más sólido y alineado, generando beneficios comunes tanto para los gobiernos como para sus connacionales.
La FECAJUD tiene un futuro muy prometedor ya que cuenta con bases sólidas y con profesionales comprometidos con sus ideales, valores y principios que quieren generar un cambio positivo en sus países, siendo una inspiración para generaciones presentes y futuras.
Felicito a la FECAJUD por el esfuerzo y el trabajo que ha representado la creación y el lanzamiento de su página web. Ésta será, sin duda alguna, una herramienta sumamente útil para las empresas multinacionales, en especial, para los abogados de estas empresas, quienes utilizaremos el website para obtener información veraz y confiable sobre la realidad de cada país para poder instruir y asesorar a nuestros clientes internos y tomar las mejores decisiones en materia de inversión.