Por: Hunter Carter, Socio y Co-líder de la práctica internacional en ARENTFOX SCHIFF LLP
Para enfocar nuestra atención en el tema de la independencia judicial en los países de America Central, quiero compartir una muy bonita imagen, una memoria de una conferencia del New York State Bar Association International Section, realizada en Guatemala en 2017. Fui uno de los organizadores y tuve el honor de moderar una discusión ética: “Fortaleciendo la profesión contra la ilegalidad e interferencia con independencia de abogados”. Antes del evento encontré una invitada muy especial, la Jueza Yassmin Barrios de un Tribunal de Mayor Riesgo en Guatemala. La encontré temprano en la mañana – sentada, sola, sobre una bancada, en un jardín hermoso del hotel en La Antigua, serena con sus pensamientos, preparada por su discurso.
Esta imagen representa algo casi poético: la serenidad de la justicia en el contexto de la belleza natural que simboliza la paz que merecen los países de América Central. La justicia, representada por una persona digna, ocupando el cargo de jueza, aislada con sus pensamientos, lista muy temprano en la mañana para trabajar. Una belleza.
En contraste, sabemos que la actualidad es distinta, más parecido a otra imagen de la misma jueza que guardo en mi mente de años antes, en los despachos de los tres jueces de un Tribunal de Mayor Riesgo en Guatemala. Vimos muchas personas dedicadas al trabajo de su despacho. Nada grandioso. La principal impresión: dedicación y profesionalismo, detrás de niveles de protección y seguridad, como se merece.
Lejos de tener seguridad, en la actualidad, varias juezas y jueces se encuentren en exilio. Los mecanismos de protección de su independencia no son adecuados frente a las interferencias en su trabajo. Las amenazas vienen de distintos sectores. Políticos corruptos quieren desviar la justicia para evitar que resulten condenados. Intereses privados quieren comprar justicia u ocultar el alcance de las redes de corrupción, narcotráfico, y violaciones de derechos humanos – creyendo falsamente que es malo para los negocios enfrentar la realidad.
Las amenazas pueden surgir incluso dentro de la parte del sector público dedicado a garantizar justicia. En días recientes vimos una reelección de una fiscal en Guatemala que ha sido señalada dentro y fuera de Guatemala, por los Estados Unidos de América y el parlamento Europeo inclusive – por debilitar investigaciones anticorrupción, proteger a los indiciados, y perseguir injustamente a las y los jueces independientes, de contribuir no a su protección sino a su exilio. En otros lugares, los jueces han sido nombrados para un control político, o despedidos, remplazados en procesos manipulado por políticos.
Contra estas amenazas, una respuesta colectiva y contundente es necesaria desde el sector empresarial y de la sociedad civil. La independencia de la justicia es central a un Estado de derecho. Eso es un absoluto. No se puede discrepar en eso. La independencia y buen funcionamiento de la justicia es esencial para la seguridad ciudadana.
Los países de América Central sufren de inseguridad ciudadana a niveles persistentes, duraderos, y tristes. Sin Estado de derecho, no habrá seguridad ciudadana, y sin seguridad ciudadana no habrá Estado de derecho. Así de simple, sin un Estado de derecho solido será imposible mejorar las condiciones económicas y reducir la miseria.
Debemos hacer lo que podemos en solidaridad con la justicia. Por mi parte, soy uno de los abogados estadounidenses – soy co-líder de un grupo de abogados internacionales en un gran estudio – quienes se dedican a manejar pleitos comerciales y corporativos para empresas multinacionales cuyos objetivos son de establecer y crecer negocios, generando empleo y productividad.
Nuestros clientes transfronterizos enfrentan desafíos enormes, porque ven las condiciones precarias en América Central y ven el riesgo político de inestabilidad, riesgo de inseguridad ciudadana, riesgo de inestabilidad para realizar negocios en el mediano y largo plazo.
Por eso nos dedicamos a la promoción del Estado de derecho a través de los derechos humanos y los servicios prestados ad honorem – pro bono – a través del Vance Center para la Justica Internacional del New York City Bar. Nuestra comunidad de abogados/as en el Vance Center asegura los recursos económicos y humanos para contribuir a fortalecer el Estado de derecho en los países de las Américas. Nuestro colega Jaime Chavez Alor ha participado en organizando y ofreciendo cursos, seminarios y otras formas de asistencia técnica para acompañar a las y los jueces independientes en América Central, y aplaudimos su trabajo.
La New York City Bar Association está integrada por alrededor de 24.000 socios que constituyen una de las comunidades más influyentes en el ámbito de comercio y derecho internacional. Nuestro colegio ha emitido comunicaciones recientes sobre nuestra preocupación por la independencia de la justicia, que resumo:
- Condenamos rotundamente el continuo hostigamiento criminal de parte de las autoridades de la República de Guatemala en contra de abogados, jueces, fiscales y ex fiscales que han trabajado en casos de corrupción.
- Pedimos al Gobierno de Guatemala que adoptara las medidas necesarias para proteger a la jueza Erika Aifán del acoso y que garantizara que cualquier acción disciplinaria iniciada en contra ella y de otros jueces de Mayor Riesgo que conocen de casos de corrupción.
- Hemos pronunciado en contra de la criminalización de operadores de justicia en Guatemala. y
- Llamamos a la Fiscal General, la Corte Suprema y Corte de Constitucionalidad a cesar la criminalización y los ataques a abogados, jueces, fiscales y ex fiscales que han combatido la corrupción en Guatemala, defendiendo así el Estado de derecho.
Es puntual y oportuno felicitar a la FECAJUD, la Federación Centroamericana de Jueces y Jueces por la Democracia, y sumarnos a su compromiso en este importante trabajo. Es nuestro objetivo común, y es un privilegio y nuestro deber de acompañarlos en su misión.